Grupo eliminado

Ya viene el verano, estamos a las puertas de acabar el curso y la verdad, todos estamos un poco cansados, los chavales de estudiar, de tareas, de madrugones y horarios, pero sabes quién está realmente contento de que se acabe este curso? mi teléfono! y dentro de él el whatsapp porque gracias a mis dioses ya van desapareciendo los grupos, y es que esto de las redes sociales en el ámbito escolar es un arma de doble filo.

Raros son los días del mes de septiembre en el que me levante y no me hayan añadido a un grupo nuevo, aquí nadie pide permiso, dan por hecho que quieres pertenecer a ese nuevo clan liderado por lo general, por la mamá mas guay, esa que vive y se desvive por sus hijos, y como a su niño lo ha apuntado a guitarra y coincide en la actividad con el tuyo, la buena señora da por hecho que hay que formar un grupo para comentar tareas, poner a parir al pobre profesor de turno, recordar que la actividad esa semana se celebrará media hora mas tarde, lo que viene siendo el asumir el papel de secretaria e interlocutora que nadie le ha pedido, pero que a ella le llena, le realiza como persona y le encanta.

A lo largo de este curso he estado metida en doce grupos, ni uno más, ni uno menos y creerme si os digo que ni uno se ha salvado de tener algún Cristo,  fruto, eso sí, en su mayoría de malentendidos y de muchas salidas de tono:

-Que si dije A pero quería decir B….

-Que si se me olvidó poner el emoticono de la bola amarilla que guiña el ojo para que vieseis que era cachondeo ese comentario cargado de maldad….

-Que si una mandó una foto metiéndose con Pablo iglesias que si la otra apoya a muerte a Podemos y le contesta algún improperio….

No os harías nunca a la idea de los marrones en los que se mete la gente y yo, como siempre, hago mi estudio y saco conclusiones: o se aburren de manera soberana o genéticamente son «porculeras» y no lo pueden evitar.

Soy una vinagreta, lo sé y lo tengo asumido y procuro salvar mi culo estando calladita, practico en todos ellos el no oigo, no veo, no hablo, bueno vale! si veo porque los leo, pero nunca respondo y es que no estoy de acuerdo con que se monte un grupo de whatsapp entre las madres de 22 chavales de 14 años que forman un equipo de fútbol, y tener que aguantar todos los martes y jueves de entrenamiento los mensajes de :

-alguien tiene una media de fútbol de sobra?

– y 20 mensajes contestando…:

-yo no,

-aquí tampoco,

-no he mirado…ahora te digo..

Pero bueno, que estamos criando a niños tontos? No tienen capacidad de hablar entre ellos para ver quien tiene la media perdida? Pero por dios si todos tienen whatsapp y están en otro grupo. Y si no la encuentra que se busque la vida y si no juega el partido porque no la ha encontrado ya verás como la próxima vez aprende a responsabilizarse de sus cosas. Que es eso de criticar a los entrenadores porque no han convocado a sus niños? dos chavales que de manera altruista los entrenan lo mejor que saben y pueden compatibilizándolo con sus estudios y sacrificando su tiempo libre, es de justicia que reciban cartas manuscritas de mamás abnegadas preocupadas por la salud mental de su hijo porque no ha jugado esta semana?

Yo antes estas cosas me indigno! Estamos perdiendo el norte con todos estos temas, estamos atontando a los chavales eximiéndoles de esas pequeñas responsabilidades como es el anotar la tarea o custodiar su ropa deportiva. De comunicar a que hora es el partido o de que la actividad esta semana se retrasa media hora,  me da vergüenza ajena que a los diez minutos de llegar a casa del colé comience a sonar «el bicho»

– bip bip- holita, alguien me puede pasar la tarea? Al niño se le ha olvidado apuntarla.

Y me las imagino a algunas corriendo por el pasillo de casa, como alma que lleva el diablo, hasta la habitación del niño para sacar la foto de las divisiones y así ser la primera en mandarla al grupo

-bip bip- – mil gracias guapetona.

Y así todo el año, hasta que al final se ha organizado cuando una de las madres se confundió al mandar la materia que entraba en una de los controles y el niño en pleno examen se puso a llorar porque no sabia ninguna respuesta y le echo la culpa a la niña de al lado porque había sido la mamá de «esa» (mientras la señalaba con el dedo) la que había mandado mal la materia a estudiar. La profesora no daba crédito a lo que oía y en un momento de enfado dijo en alto:

-mierda de grupos de whatsapps- (al más puro estilo Juan Eulogio).

Por un momento creí que me iban a quemar el teléfono con tanto mensaje incendiario de las mamás implicadas y el resto que las apoyaban con mensajes del tipo:

– que clase de educación están dando a mi hijo que dicen la palabra mierda en mitad de clase? ….

Y yo los leo y se me eriza el vello del brazo por la vergüenza ajena y de nuevo me callo por no organizarla y la lengua me acaba sangrando de tanto mordérmela. Que si, que asumo mi papel de madre borde pero que no entro en el juego, que si a mi hija se le olvida la tarea que asuma las consecuencias y si el mediano pierde una media que la localice, que soy de las que opino que si no aprenden ahora a asumir esas responsabilidades que va a ser de ellos el día de mañana?

Tienen que aprender que toda acción tiene una consecuencia y si trae nota de «tarea no hecha» no baja a la plaza a jugar y si no juega el partido porque no lleva el equipamiento completo, pues mira, mala suerte, si llegan a clase de guitarra media hora antes porque no se enteró que se retrasaba la actividad, pues nada, media horita sentado en la silla esperando, ..mis hijos me llaman antisocial y me dicen que soy mala madre por no solucionarles esos pequeños problemas yo me río ante estas acusaciones, ya se darán cuenta que todo esto es por su bien, que no puedo ni quiero acabar teniendo que formar un grupo con su familia política el día de mañana para recordarles que tienen que hacer la compra.