Manifestación

Esta que escribe hoy no soy yo, es la portavoz de las hormonas rebeldes que las tengo de manifestación, ni ellas saben lo que piden, se alborotan, se vienen arriba y comienzan con reivindicaciones tontas que lo único que consiguen es romperme el equilibrio neuronal, justo ahora  que camino sobre una cuerda floja a 1000 metros del suelo, sin red y subida a unos tacones. Como me caiga acabaré como la canción:

» y unos señores de blanco le dijeron ven,

 y ella gritó no señor,ya lo ve, yo no estoy loca,

estuve loca ayer y fue por amor».

Leer rápido esta entrada porque tiene los minutos contados, le queda de vida pública el tiempo que me cueste disolver la manifa con pelotas de goma y bombas de humo o lo que es lo mismo, con una sobredosis de aceite de onagra. Y es que hoy pretenden hablar del amor, con lo que me aburre este tema.

Siempre he sido una devoradora de radio, no, no me las como (todavía), sino que se me van las horas escuchándola, y no es que sea fija de una emisora en particular, cambio de dial a conveniencia, a las mañanas uno, a las tardes otro.. pero lo que más me gusta es escuchar la radio a las noches, cuando el silencio se instala en casa y te metes a la cama y sabes que no vas a poder dormir, pero tampoco quieres pensar y menos medicarte para encontrar a Morfeo y su abrazo, es entonces cuando te pones los auriculares y te abandonas escuchando al tip@ de turno contando sus historias, con  esas voces nocturnas que están hechas para eso, para ser oídas en la oscuridad, mientras todos duermen.

Como oyente con años de experiencia te diré, que la mayoría tienen al amor, en todas sus variantes, como protagonista, hoy reivindican (mis hormonas) hablar sobre el amor de pareja, será porque este tema lo tengo aparcado en estos momentos o porque se están ahogando en su propia pena, aunque me decanto por pensar que lo quieren es  llevar al traste mi estudio de que sin amor se vive mucho mejor.

Os dais cuenta de la importancia que le damos al amor? el tiempo que nos quita? la cantidad de pensamientos que le dedicamos? me gusta pensar que se puede vivir sin él perfectamente, que si el capull@ que te ha robado el corazón no te llama, no te escribe o no se cruza contigo de manera «accidental» es porque no quiere, no hay mucho más que decir a este respecto.

Las personas que padecemos de «este mal» somos muy dadas a buscar cinco patas al gato, a justificar su «desaparición» por una acumulación de trabajo, o su falta de respuesta a un mensaje por un momento malo  pasajero. No sería más fácil, más rápido y menos doloroso a la larga, pensar que la verdadera razón es que no le interesamos? porque nos empeñamos en negar esta posibilidad? que necesidad tenemos de agarrarnos a ese hierro ardiendo a sabiendas de que nos vamos a quemar?  de justificar lo injustificable en vez de asumir la realidad, esa que te dice que no le interesas. En esto, como en casi todo, La realidad supera la ficción y comienzo a creerme la frase de que cualquier historia con final feliz es una historia inacabada.